A Carmen le diagnosticaron un cáncer pulmonar hace dos años, cuando acababa de cumplir 63. Recibió sorprendida el diagnóstico, pues ni ella ni su marido Pepe habían fumado nunca.
Indagando acerca de las posibles causas encontró que en la zona donde vivía, en la sierra de Guadarrama, había elevadas concentraciones de un gas denominado radón, incoloro, inodoro e insípido. Encargó una medición a un Laboratorio Acreditado por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) y descubrió sorprendida que en su vivienda había una concentración de 1 200 becquerelios por metro cúbico (Bq/m3). Aquello superaba en cuatro veces la concentración máxima establecida por una Directiva Europea publicada en el año 2014.
El gas radón es un gas radioactivo que procede de la descomposición del Radio 226 que está presente en todas las rocas de la corteza terrestre.
Este gas penetra en las viviendas por grietas, fisuras o juntas mal selladas y puede alcanzar concentraciones peligrosas en viviendas y lugares de trabajo situados en zonas de riesgo.
En 2009 se publicó un informe de la Organización Mundial de Salud (OMS) que concluía que idealmente no se deben superar los 100 Bq/m3 y en ningún caso los 300 Bq/m3.
Esta recomendación se basa en evidencia científica sólida publicada en el estudio más citado sobre radón y cáncer de pulmón (British Medical Journal, 2005) que incluyó más de 21 000 participantes, observando un riesgo lineal entre la exposición a radón y riesgo de cáncer de pulmón.
Llegados a este punto, es importante también subrayar que existe una importante interacción entre el radón y el consumo de tabaco. Concretamente, los fumadores expuestos a concentraciones elevadas de gas radón multiplican las posibilidades de desarrollar este cáncer.
Buscando al enemigo invisible
En 2014, la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer indicaba en el Código Europeo Contra el Cáncer que la medición de gas radón en las viviendas debería promoverse para reducir la probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón en un futuro. La medición es sencilla y barata, y debe hacerla un Laboratorio Acreditado.
Por otro lado, existe evidencia científica fuerte obtenida en diferentes estudios con la colaboración de numerosos hospitales sobre el riesgo de cáncer de pulmón en los sujetos expuestos a gas radón, tanto en fumadores como en nunca fumadores.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.